LA FE NO SE JUEGA EN EL TERRENO DE LOS SENTIMIENTOS «Ya no siento nada... debo estar perdiendo la fe», dicen algunos. No hay duda de que la fe toca el corazón, se siente, se experimenta, se disfruta, a veces duele... Pero sería un error reducirla a sentimientos y aún peor a «sentimentalismo»: tendría fe si me emociono, si se me saltan las lágrimas, si «siento algo» cuando comulgo, etc. La fe -como el amor auténtico- es una actitud responsable y razonada, una decisión personal, un compromiso: haya o no haya sentimientos. LA FE TAMPOCO ES UNA OPINION Cada creyente tiene la responsabilidad de aceptar a Dios en su vida, e ir madurando y profundizando lo que supone ser discípulo de Jesús hoy, en sus circunstancias personales y sociales concretas. Cada cual vive su fe de un modo personal, único e intransferible. Pero no significa caer en el subjetivismo: «yo tengo mis propias ideas y creo lo que a mí me parece». La fe no es un «menú» que yo elijo con lo que me apetece, ...
RAZÓN DE MI FE
¿ Que creo cómo católico? ¿Porqué?